Sus enormes tetas pedían acción

Descripción

El sol caía a plomo sobre los campos de Baviera, un tapiz verde salpicado de encantadores pueblos. Pero yo solo tenía ojos para la mujer que tenía delante, Heidi. Era una visión, una belleza **alemana** de manual, con una melena rubia que le caía en cascada y unos ojos del color del cielo de verano. Pero era su figura lo que realmente me hipnotizaba. Sus pechos eran inmensos, desbordándose por encima de su dirndl, como pidiendo a gritos atención. Llevaba tiempo viajando por Europa y su invitadora presencia era un cambio bienvenido. Me condujo a la acogedora cabaña de su familia, donde el aroma a strudel de manzana recién horneado inundaba el aire. Era una **amateur** ligando, su timidez no hacía más que amplificar su atractivo. Nos sentamos junto a la chimenea crepitante, compartiendo historias y risas. A medida que la velada avanzaba, la atmósfera cambió. El aire se cargó de deseos tácitos. Sus ojos se encontraron con los míos y una lenta sonrisa se dibujó en su rostro. Mi mirada se posó en su pecho. La forma en que su vestido se estiraba sobre su abundante figura era embriagadora. Lentamente, se levantó y se acercó. Sus manos encontraron mis hombros, sus dedos trazando dibujos sobre mi piel. —¿Te gusta lo que ves? —susurró, con el aliento caliente en mi oído. No necesitaba responder. Mis ojos lo decían todo. Con una risita juguetona, me condujo hacia el dormitorio, sus generosas curvas balanceándose con cada paso. La anticipación crecía con cada centímetro que avanzábamos, con cada caricia. Estaba claro, ambos éramos muy **straight** sobre lo que queríamos.